miércoles, 24 de junio de 2009

Capitulo VI


Conocerte... El conocerte fue sentir en la sangre las ganas de probar la carne humana, fue sentir como el odio curtía mis huesos, mi reflejo en tus ojos, que pútrida imagen; por eso los arranque con mi lengua. Al sentir tu aliento cerca despierta uno a uno mis instintos asesinos.
No sabes que placer siento cada vez que al apretar tu cuello mi cara se salpica de tu tibia sangre, sentir tus vísceras cruzar por mi garganta es la gloria.
A mi cabeza llega la imagen de tu sonrisa y hierven mis cesos: al escuchar el eco de tu voz enloquecen mis sentidos, tu corazón dejo de latir pero aun escucho tu risa.
Por primera vez conocí la felicidad al destrozar tus huesos con mis dientes, por primera vez sentí la oscuridad que irradiaba mi cara.
Conocí mis facciones a través de mi reflejo en tu sangre, me embrujo el tétrico brillo de mi perversa sonrisa.
Al fin se sacuden los demonios del alma, bailan y cantan alrededor de tu cadáver.
Por fin veo lo hermoso que eres, tu yerte y mutilado rostro es mas seductor que el mismísimo luzbel, el hechizante aroma a muerte que despide tu ser hace la mas romántica atmósfera jamas he visto, la luna oscura llena de sombras tu cuerpo dándole un perverso matiz de inocencia.
Sentir que el vino de tu corazón escurre por mis labios, no se compara con nada, ni un atardecer con un ángel caído se asemeja con la excitante sensacion de sentirte muerto y mas aun sabiendo que lo hice con mis propias manos...
Tu imagen viva es demasiado aberrante para recordarla, los latidos de tu corazón eran un sacrilegio para nuestro amor, ahora si, eres la mas hermosa criatura...
Sabes... Espero con ansias el día que te pudras para saber lo que es amar como tu me amas a mi...


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